En la apacible localidad de Ongayo, esta vivienda ofrece una combinación ideal de amplitud, luz natural y vistas abiertas al paisaje cántabro. Concebida para acoger cómodamente a familias o grupos, la casa se distribuye en tres plantas que permiten disfrutar tanto de momentos compartidos como de espacios más privados, siempre con un entorno natural como telón de fondo.



En la planta principal, un salón comedor amplio y luminoso invita al descanso o a largas sobremesas, mientras que la cocina, equipada con todo lo necesario, facilita una estancia práctica y funcional. En este mismo nivel se encuentra una habitación doble y un baño completo, ideal para quienes prefieren evitar escaleras o buscan una distribución más accesible.

La planta superior alberga cuatro dormitorios bien distribuidos: una habitación doble con baño privado, otra habitación doble, dos habitaciones individuales y un baño adicional. Desde todas las estancias se aprecian unas vistas despejadas que aportan una sensación constante de serenidad. La luz natural, el silencio y el entorno verde convierten esta planta en un espacio especialmente acogedor.

La planta inferior, situada a la altura del jardín sur, añade aún más posibilidades a la casa. Aquí se encuentra una habitación cuádruple, equipada con una cama de matrimonio y una cama nido, pensada para alojar cómodamente a familias con niños o grupos de amigos. Este nivel también incluye un baño completo y una zona de entrenamiento con dos máquinas, perfecta para quienes desean mantenerse activos incluso durante las vacaciones.

El exterior de la casa está cuidadosamente pensado para disfrutar al máximo del entorno. El jardín de entrada recibe con carácter y frescura, mientras que el jardín frontal se abre hacia el paisaje, ofreciendo una panorámica que cambia con la luz del día. Allí, una piscina permite refrescarse en los días de verano, mientras que la barbacoa y el mobiliario exterior invitan a alargar las comidas al aire libre y aprovechar cada atardecer.

Su ubicación es otro de los grandes puntos fuertes de esta propiedad. A tan solo unos minutos en coche se encuentran algunos de los rincones más emblemáticos de Cantabria: Santillana del Mar, con su encanto medieval; Comillas, con su arquitectura y su historia; y las playas de Suances o Tagle, ideales para disfrutar del mar en cualquier época del año. Esta casa, por su distribución, su entorno y su localización, es una base perfecta para quienes desean explorar Cantabria con calma, comodidad y unas vistas que no decepcionan.