Enclavado en una finca histórica, este palomar bellamente restaurado combina el encanto del viejo mundo con las comodidades modernas. La meticulosa renovación resalta los materiales naturales y crea un ambiente refinado que invita a relajarse.

Dos amplias habitaciones climatizadas de más de 20 m² ocupan la planta baja, cada una con su propio cuarto de baño a la italiana. El corazón de la casa rural es la cocina totalmente equipada con su fregadero de piedra natural, seguida de una cómoda sala de estar y una luminosa veranda con impresionantes vistas al bosque de la finca.

El jardín está lleno de sorpresas, con una antigua fragua convertida en zona de barbacoa y una terraza a la sombra. Una piscina compartida le espera a dos pasos para refrescarse en los calurosos días de verano.

Su ubicación es ideal para explorar la ciudad episcopal de Albi, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, con su majestuosa catedral y el museo Toulouse-Lautrec. A los amantes del vino les encantarán los cercanos viñedos de Gaillac, mientras que pueblos medievales como Cordes sur Ciel le transportarán atrás en el tiempo.